El impacto de Zion Williamson en New Orleans Pelicans: la NBA ya no tiene respuestas contra el N°1 del Draft

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Zion Williamson es bueno. No, es realmente bueno...

Es extraño pensar que se tenga que decir eso considerando que fue el N°1 del Draft 2019 y parecía como la construcción de un All-Star a lo largo de la pretemporada. Pero la realidad es que Zion lleva apenas cinco partidos oficiales en su carrera NBA por la lesión en los meniscos de su rodilla derecha que lo sacó de la primera mitad del curso. Perderse ese tiempo y por ese tipo de lesión hubiera generado que no fuera una sorpresa el hecho de costarle durante sus primeros encuentros.

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Sin embargo, Williamson ha mostrando exactamente los motivos por los cuales fue uno de los prospectos más impactantes y esperados de todos los tiempos.

Sus números aún no están a la altura de lo que había mostrado en la pretemporada, pero la joven esperanza de New Orleans Pelicans se las ingenió para tener un muy buen comienzo de su carrera, promediando 19,2 puntos y 7,8 rebotes en 25,0 minutos por partido. Proyectados cada 36 minutos, hablamos de 27,6 tantos y 11,2 recobres, números que sólo hemos visto por un rookie desde la fusión ABA-NBA en 1976. ¿Quién? Joel Embiid, pivote de Philadelphia 76ers.

La diferencia entre Embiid y Williamson, por supuesto, es que JoJo es un pivote de más de 2,10 metros, mientras que Zion es un ala pivote de 1,98 metro. Para alguien el tamaño de Zion, vivir en la pintura es raro, pero ya ha demostrado que es casi imposible detenerlo cuando recibe la pelota cerca del aro.

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Más allá de una producción un tanto extraña en su debut, donde anotó cuatro triples (desde allí falló sus únicos dos intentos de larga distancia), básicamente todo el caudal de anotación de Zion en New Orleans ha llegado en la zona restringida. En ese lugar de la cancha anotó un 69,4% de sus intentos al aro, un ritmo similar a Giannis Antetokounmpo, LeBron James o Rudy Gobert, por nombrar a algunos.

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Y si bien cada uno de ellos lo ha hecho con una muestra mucho más grande, no sería una sorpresa el hecho de ver que Zion continúe dominando en esa zona, porque lo que no tiene de altura lo compensa con su increíble velocidad, fortaleza y capacidad atlética.

Esas cualidades las pone en uso en posesiones como esta...

DeMar DeRozan no necesariamente tiene la reputación de ser un gran defensor, pero ése no es el punto. El punto es que Zion, un rookie de 19 años que estaba jugando su primer partido oficial en la NBA, abusó de todo un adulto para la liga, usando su fortaleza para llegar hasta donde quería, y su capacidad atlética para anotar con facilidad sobre un defensor de su altura.

Había algunas dudas sobre si Williamson iba o no a ser una fuerza dominante desde lo físico en la NBA como lo fue en su etapa universitaria. Rápidamente, esas dudas quedaron enterradas.

DeRozan, por supuesto, no fue el único defensor que no tuvo respuesta ante el físico de Zion. Miren con la facilidad que anota sobre Marcus Smart, escolta de Boston Celtics, quien no es un negado a la hora de emparejarse contra internos de otros equipos.

La habilidad de Zion para superar a bases, escoltas o aleros lo convierte en una pesadilla en cada emparejamiento. Ya se puede decir que es un jugador dinámico como continuador, generando una atracción de súper estrellas cuando va hacia el aro, y es el tipo de atleta que puede hacer que un mal pase se vea como bueno. Pero además tiene el tamaño para castigar a defensores en esas posiciones después de cambios en las cortinas, llevándolos hacia el poste bajo.

Cerca de una quinta parte de su anotación hasta ahora llegó de espaldas al aro, ubicándose en el 75° porcentual con un promedio de 1,00 puntos por posesión. De nuevo, es en base a una muestra pequeña, pero no deja de ser un comienzo alentador.

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Williamson, además, se posteará contra jugadores más grandes que él. Jakob Poeltl, pivote de San Antonio Spurs, bloquea el primer intento en la siguiente posesión. Sin embargo, Zion gana la posición rápidamente y usa su súper veloz segundo salto para tomar su fallo y anotar una bandeja antes de que alguien piense en tapar su lanzamiento

En ese aspecto, Zion tiene algo de Moses Malone, en destacarse después de sus propios fallos: de los 24 lanzamientos de campo que falló a lo largo de cinco partidos, tomó el rebote ofensivo en 12 de ellos, según mi cuenta. ¡Es una locura!

Los equipos aprenderán rápidamente a hacer el box out cuando saque un lanzamiento, pero quedará por verse si es suficiente para evitar que se haga un festín de correcciones ofensivas.

Lo que ayudará a que el jugador de New Orleans se convierta en un anotador más consistente contra jugadores de más de 2,10 metros de altura como Poeltl será un tiro en salto más consistente. La única chance real que por ahora tienen los defensores lentos para frenar a Zion en la media cancha es irse hacia atrás esperando que se quede con el intento de triple en lugar de buscar llegar hasta el aro.

Eso es lo que, por ejemplo, hizo acá John Henson, pivote de Cleveland Cavaliers.

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Si bien Zion pudo anotar en esta posesión gracias a una cortina perfecta y puntual de JJ Redick, el punto se mantiene: se beneficiaría de gran manera si logra sacar de la pintura a sus defensores a partir de su lanzamiento.

No necesariamente debe transformarse en un triplero de volumen. Simplemente necesita convertirse en alguien a quien los equipos no puedan ignorar cuando reciba la pelota en la línea de triples, porque mientras más agresivos sean los defensores para cerrarse hacia él, más fácil será para Zion realizar jugadas para él o para el resto desde el drible.

Esa parte de su juego podrá llegar con el tiempo. Lo más importante para Williamson esta temporada es ser un mejor tirador de libres. Con la manera en que abraza el contacto, no tendrá problemas en llegar a la línea (terminó la pretemporada igualado con Embiid como el tercero con más intentos de libres en toda la liga). El problema es lo que pasa cuando llega ahí: apenas un 48% de acierto. En su paso por Duke fue al menos decente (64%), así que la esperanza es que no meterá menos de la mitad de sus libres durante toda la temporada.

Lo que asusta de Zion es que todavía tiene mucho por crecer y desarrollarse. No sólo como tirador, sino como un anotador en todos los aspectos. Ahora mismo, ha generado muy poco de su anotación por su cuenta. La mayoría de sus puntos llegan a través de cortes, caídas o correcciones, jugadas más relacionadas a confiar en sus compañeros.

El hecho de que esté promediando cerca de 30,0 puntos cada 36 minutos más allá de tener un lanzamiento cuestionable y de ser más un finalizador que un creador, habla por sí mismo del talento especial que es.

Si este es el piso de Zion Williamson, su techo será ridículo.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Scott Rafferty Photo

Scott Rafferty is a Senior NBA Editor for The Sporting News